El dragón rojo de los Alpes, ha tenido un crecimiento institucional impresionante, lo cual le permitió incinerar la corona del Barcelona. Sin embargo todavía no tiene el titulo tan necesitado para hacerse con el dominio total e incuestionable sobre Europa. La lejana final ganada en Milán en el año 2001, muestra que la sequía del los bávaros era considerable.
La impresionante temporada del Bayern le permitió asegurarse de forma prematura la Bundesliga, lo cual facilito competir en los distintos frentes donde esta acostumbrado. A diferencia del adversario de la final de la Liga de Campeones (el Borussia Dortmund), la experiencia y la consolidación de un proyecto institucional, sólido, seguro y contundente, exhortan a ver dos realidades perfectamente contrastadas, lo cual garantiza un partido totalmente disputado y generoso en todos los sentidos.
Duelos de arqueros en un buen nivel, de laterales como Lahm y Schmelzer y principalmente lo ofrecido en la mitad de la cancha con Schweinsteiger y Gündogan, los cuales tienen la disciplina y tenacidad alemana para disputar cualquier balón como el último. El escenario es acorde a lo esperado debido a que las finales disputadas en Wembley, siempre se han definido en los 90 minutos, lo cual garantiza un juego dinámico, ofensivo donde la precisión de potencia de fuego de los equipos es finalmente el factor desequilibrante para definir el resultado.
Se espera que la final del dragón rojo y el minero auri-negro, sea muy equilibrada por los factores que tienen ambos equipos, sin embargo la experiencia y efectividad serán factores clave a la hora de la definición. A esperar que la reina del fútbol defina al nuevo amo y señor de Europa....
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