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martes, 21 de octubre de 2014

El Marseille consolida su idea y su liderato

Publicado por Unknown

Ya no es sorpresa, se ha vuelto costumbre, lo que antes era un tema que afectaba el establecimiento deportivo del Olympique ha virado radicalmente para sólo hablar de lo que él le gusta y más sabe: de fútbol; Marcelo Bielsa lleva 8 jornadas consecutivas ganando y su revolución futbolística cada día vence más vicisitudes y logra forjar bases sólidas que hacía años no se veían en la capital de la Provence.


Marcelo Bielsa salió de su descanso rumbo a Marseille para tratar de darle de nuevo la competitividad al equipo provenzal que había perdido por el ascenso del multimillonario PSG y por la dejadez futbolística propia, en contra tenía la desconfianza de un gran sector de la prensa y aficionados futboleros franceses que al desconocer al rosarino pensaban que podría llegar a ser otro tiro al aire de la administración Labrune. A favor de Bielsa está la pasión y la energía con las que desarrolla su trabajo para absorberlo todo y tratar de evitar el azar, y así mismo de tratar de cambiar preceptos obsoletos o que no se necesitan para el desarrollo de su idea futbolística.



El Olympique venía de realizar una temporada mediocre donde bajo la dirección de Élie Baup y José Anigo no pudo calificar a competencias europeas a pesar de tener un plantel calificado, pero al no haber autoridad ni esfuerzo en la preparación del juego como tal el equipo quedó convertido en el esfuerzo de individualidades que no podían funcionar por si solas dado que el fútbol es un deporte complejo que requiere las sinergias de sus componentes. Por eso el presidente Labrune y el mismo Anigo se deciden por un técnico de conocido trabajo y gusto por la cultura del esfuerzo para que recondujera a este grupo de jugadores por el camino de la disciplina y explotar esas cualidades futbolísticas que tienen.

Hay que reconocer que en la temporada 2013-2014 la dirigencia marsellesa trató de incorporar a jugadores prometedores del mercado francés y que habían despuntando en el mundial Sub 20 de Turquía como Mario Lemina, Gianelli Imbula y Florian Thauvin con lo que se esperaba poder competir a futuro dado que no se contaba ni se cuenta con el poderoso capital del PSG, sin embargo como se ha mencionado la temporada fue mala y esto pudo originar un cambio drástico pero bien orientado: Una revolución.
En su presentación Bielsa fue arropado por los Ultras del Marseille que le brindaron su cariño y su confianza, además el estratega rosarino comenzó por cambiar la cultura de entrenamiento que estaba acostumbrado a trabajar el Olympique y en general la mayoría de equipos franceses. Desde el primer momento quiso intensidad, velocidad, técnica y derroche físico más inteligencia táctica y práctica para desarrollar un buen fútbol y los que no quisieran o no pudiesen entrar en su ideario podrían salir por eso no se opuso con vehemencia a la salida de jugadores fantásticos como Amalfitano y en especial con Valbuena, a pesar de que este último venía de realizar una fantástica copa del mundo con Francia.



Los jugadores y la prensa notaron que no se trabajaba igual que había un mayor grado de exigencia al que se acostumbraba a tener pero los primeros resultados fueron flojos ya que el Olympique empató contra el Bastia en la jornada inagural y perdió en el Veldróme ante el Montpellier por 0-2 y de inmediato se encendieron las alarmas algo parecido a lo que le sucedió a Josep Guardiola en su primera temporada en el Barcelona cuando no pudo ganarle ni a Numancia ni a Racing de Santander. Bielsa quiso que toda la presión cayese sobre sus hombros para evitar que las críticas llegasen a un grupo de jugadores que hasta ahora estaban consolidando su idea futbolística. Es por eso que en la rueda de prensa posterior al Montpellier se queja amargamente sobre el mercado de fichajes aduciendo que la presidencia le había incumplido con los jugadores que el quería traer y lógicamente la prensa se le fue lanza en ristre porque en el país galo no es común que un entrenador haga estas quejas en público, pero Bielsa lo que quería era levantar a un grupo y mandar un mensaje "Podemos con lo que tenemos y lucharemos por lograrlo". Misión cumplida porque mientras la prensa llenaba de titulares con las palabras del rosarino, el equipo seguía en su rutina espartana de mejorar no sólo los aspectos tácticos sino los aspectos físico como se puede observar en jugadores como Gignac y Mandanda que perdieron masa muscular innecesaria, ganando a cambio masa muscular útil.

A partir de esta fecha el Olympique consagró un 11 inicial comandado en la portería por el capitán Steve Mandanda; una defensa de 4 que tiene como lateral derecho a Brice Dja DjeDjé, de central por derecha a Nicolás N'Koulou, central izquierdo reconvertido a Jéremy Moren, lateral izquierdo a Benjamin Mendy; en el mediocampo coloca de pivote clásico a Alaixys Romao y como box to box a Gianelli Imbula; más adelante con perfil cambiado y por derecha el hábil Florian Thauvin, por su perfil natural a André Ayew, por el centro aunque con libertad a Dimitri Payet y como punta a Thauvin. Como recambios Bielsa suele usar al extremo Alessandrini, al interior o mediapunta Barrada y al contención o box to box Mario Lemina.

La portería sin discusión sigue para Mandanda que se ha consolidado como líder del vestuario y ha obtenido esa madurez y sobriedad que le hacía falta para convertirse en portero Top, ha añadido a su repertorio un decente juego de pies para organizar la salida desde atrás en la primera fase del juego del Marseille. Se puede observar que los laterales son de largo recorrido y netamente ofensivos, Bielsa siempre quiere hacer superioridad por las bandas y desbordar para alimentar a un centrodelantero clásico como es Gignac; en su etapa en Bilbao era Llorente y en la selección argentina fue Crespo. Los centrales son técnicos y rápidos por eso Bielsa prescindió de Lucas Mendes y de Souleymane Diawara para reconvertir a Morel de central dado que no tenía el mismo  recorrido y profundidad de Mendy, eso si el Olympique ha perdido juego aéreo en las jugadas de táctica fija y por eso Bielsa ha adoptado el marcaje zonal que lo ha caracterizado.
En el mediocampo cuenta como pivote clásico con el congolés Romao importante para incrustarse como tercer central cuando Dja DjeDjé o Mendy salen o para realizar coberturas a las bandas muy rara vez se le ve jugando tan adelantado en el campo rival. A su lado aunque con mucha libertad está Gianelli Imbula, que junto a Bielsa por fin ha explotado para consolidarse después de ser el mejor jugador de la segunda división francesa con el Guingamp; es un portento físico que siempre juega con cabeza levantada, con una potencia de arranque y una conducción supremamente decente recordando a clásicos franceses como Tiganá, Vieira y el más reciente Pogba; siempre trata de crear superioridad donde esté tanto ofensiva como defensiva y además con sus pases trata de romper las líneas de presión del rival, de seguir así seguro que tendrá su oportunidad con la selección de mayores en la Euro 2016.
Por el carril derecho y como extremo puro está otra perla juvenil como es Florian Thauvin que cuenta con una velocidad envidiable y un regate extraordinario aunque le falta más capacidad de asociación y en ocasiones peca de individualista causando broncas de Biesla y de sus compañeros; por izquierda aparece otro jugador que ha aprehendido su rol de responsabilidad como es el ganés André Ayew al que ya no le pesa ser el hijo de un mito como su padre Abédi Pele y se está literalmente comiendo la cancha con un despliegue físico importante tanto para ayudar a Mendy y a los volantes centrales como para añadirse al ataque, eso si sigue contando con su gran capacidad de asistencia y gol; de mediapunta juega Dimitri Payet el cual ha pasado con Bielsa de ser extremo a ser conductor y canalizador del juego marsellés, cuenta con buen regate buena velocidad y gran capacidad de asistencia además de que se le da la libertad de jugar en cualquier posición del frente de ataque bien sea para crear superioridades o para fijar para la llegada de la segunda línea y de los extremos.
Adelante como nueve clásico está André Pierre Gignac que parece haber vuelto a su nivel de explosión que tuvo en el Toulouse y ha recuperado su peso ideal y sus ganas de comprometerse con el equipo; está rápido, certero y práctico con el balón para asistir o para finalizar, no sorprende su llamado a la selección en la última fecha FIFA ni que sea el goleador de la Ligue 1.

Como recambios habituales Bielsa suele usar a Romain Alessandrini el cual es un extremo que juega por las dos bandas aunque prefiere hacerlo por derecha para enganchar y quedar perfilado de cara a portería, Barrada poco a poco se ha ido ganando minutos importantes aunque el estar en una liga poco competitiva le ha restado la importancia que debería y por último está el prometedor Mario Lemina con el que Bielsa cambia su sistema de 4-2-3-1 a un 3-2-4-1 como en el último partido contra Toulouse pasando a Romao como tercer central y poniendo a Mario con Imbula en el doble pivote; este recambio hasta ahora ha sido experimental.

Como se ve Bielsa ha ido poco a poco dejando su huella e impregnando al equipo de su esencia y lo más importante haciendo que los jugadores se conviertan en discípulos de su juego con una fe inquebrantable en el estilo que el propone, falta mucha temporada aún pero tendrá a su favor que el equipo no disputará competiciones continentales por lo que se podrá centrar en la liga teniendo en cuenta que el PSG anda últimamente con muchas  dudas; pero Marcelo como en todas partes nunca decepciona siempre con su verdad va adelante y sin miedos, arriesgando.

Andrés Ricardo Rodríguez.

Twitter:

@richi198815  

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