Para muchos iba a ser un partido de trámite entre un equipo en pleno proceso de renovación después de un pasado glorioso y otro con una legión de campeones mundiales y europeos más un tetra balón de oro, pero lo que no contaban era que en el fútbol como en las mejores películas de la historia los guiones suelen salirse de esa fría lógica que muchos manejamos y ceñirse más a los estados de ánimos de los equipos y a las grandes citas futbolísticas de la historia no fallan los italianos y mucho menos el más ilustre de sus representantes en Europa. El AC Milan.
San Siro es una catedral del fútbol a la altura del Maracaná, del nuevo y el antiguo Wembley, del Bernabeu, de Anfield, del Old Trafford, del Camp Nou, del Azteca, etc y ayer se engalanó para ver a un Milan que llegaba en el papel de niño bueno de la fiesta dado que en la víspera del partido tanto sus grandes glorias pasadas como su directiva le rindieron honores a su rival, aquel rival donde sólo su capitán Puyol parecía entender que ayer comenzaban los octavos de final de la Champions League y no precisamente contra un aparecido sino contra el heptacampeón de esta competición.
El partido comenzó con el libreto del 95% de los partidos que juega el Barcelona, el rival esperando con dos líneas de cuatro bloqueando los pasillos de pases y achicando las opciones de desmarque a espalda de su última líneas sumada a una presión en zona dos que reducía las posibilidades de recepción de los jugadores blaugranas. Uno siempre debe evaluar a los equipos de acuerdo a lo que tienen y a este Milan no se le debe evaluar como si tuvieran la generación de los Van Basten, Gullit, Rijkaard, Shevchenko, Maldini, Baresi, Rui Costa, Seedorf, Kaká, etc; sino ver que dentro de sus limitaciones a la hora de generar juego pudo borrar de la cancha a unos de los equipos emblemáticos de la historia del fútbol.
Lo que hizo ayer Montolivo fue sencillamente de manual de mediocampista porque cuando tuvo que ensuciarse y meter fuerza no titubeó, pero también cuando se puso el frac en contadas ocasiones me hizo acordar porque este señor está considerado en mi opinión como un jugador fino y exquisito. No sólo lo de Ricardo es digno de admirar, El Shaarawy y Boateng (que siempre juega bien ante el Barcelona) ayudaron a bloquear a Jordi Alba y a Alves con lo que el Barça perdía esa superioridad y esa profundidad por los costados y fue obligado a jugar por el centro donde un convaleciente Xavi y un poco anárquico Cesc no lograban combinar con Lio Messi y fracasaban ante el triángulo de presión de Ambrosini,Zapata y Méxes. Entre el dominio culé y las esporádicas contras del Milan se nos fue el primer tiempo sin que el Barça pudiese penetrar en el área de Abiatti. Anormal en esta temporada para los de la ciudad condal.
En el segundo tiempo el Milan fue un poco más ambicioso y su bloque de presión subió alrededor de los cinco metros pero lo llamativo era que el Barça no controlaba los tiempos de juego si bien tenía la pelota, una gran diferencia con el equipo de Pep y el Milan sabía que la debilidad de este equipo de Villanova-Roura son sus bandas y el excesivo alargamiento en las transiciones y después de una tonta falta de Alves llegaría el primer gol de Boateng tras una jugada polémica que afecta el marcador más no es excusa para el partido de los culés, pudo haber sido mano (al día de hoy no se cuales son los parámetros para considerar una intencionalidad) pero el árbitro no lo consideró así y el Milan con el gol sabía que el daño ya estaba hecho, con su disciplina había logrado el objetivo y dejaba al Barcelona desconcertado tanto así que se observó a un equipo plano, agotado mentalmente y que con la inclusión de Alexis quiso ganar sorpresa y verticalidad más no ideas; por lo que el Milan creció en su estado anímico y se dio cuenta que podía golpear fuerte a los culés y por eso Allegri ingresa al explosivo M´baye Niang para que por fuera le diera más dinámica a los lombardos.
Entonces Montolivo dirige la orquesta quitando y jugando para que un pase suyo a la espalda de los mediocampistas blaugrana sirviera para que Niang le ganara a un agotado Puyol, tocara para El Shaarawy y este con una pincelada en el pie y tras un error en el achique de Alves habilitase al todo terreno Muntari para implacablemente fusilara a Valdés. Después de esto el partido fue un órdago para los locales y una pesadilla para el Barcelona que agradeció el final de esta fatídica noche donde queda muy mal parado para la vuelta.
Pero a pesar de que el Milan en este momento tiene el 80% de la eliminatoria en el bolsillo, este equipo que ayer se fajó un partidazo dada sus limitaciones puede que no tenga la misma disciplina en la vuelta; ya se observó como en la Champions pasada de pasar a golear al Arsenal 4-0 en San Siro pasó a ser goleado en el Emirates 3-0 y a punto de quedarse afuera. En cuanto al Barcelona evidentemente tendrá que mejorar bastante pero seguro que este equipo dará otra cara en el Camp Nou, no será fácil de eso si es seguro pero si hay un equipo que le puede dar la vuelta a este resultado que es el reto más difícil de esta generación, es este pero tendrán que dejar a un lado la parsimonia y mejorar la intensidad para lograrlo.
Andrés Rodríguez.
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