Volvió el fútbol y por supuesto tenía que volver el Barça a seguir enamorándonos de su juego, qué mejor lugar que el Camp Nou, el templo azulgrana, y esta vez por Copa del Rey ante el Osasuna.
Si echamos unos meses atrás, el Barça le dio una canasta de 8 goles al Osasuna por liga, pues esta vez fue menor pero al igual que el 8-0, contundente.
Con un Barça que dominó el juego y no sufrió mucho lo que trataran de hacer los de Pamplona.
Primero fue un tanto de Cesc, que algunos jugadores reclamaban un fuera de lugar, el juez no les hizo caso y ese fue el primero del Barça.
Cinco minutos después, volvió a ser Cesc quien colocara a cantar blaugrana al Camp Nou, con una definición de vaselina sobre el portero, un muy bonito gol por parte del 4 blaugrana.
El transcurso del juego, después de ahí fue un poco más relajado, con el Barça generando ocasiones, pero sin premio, el gol.
En el segundo tiempo entraría Leo Messi, que se preveía no jugara este partido al igual que Valdés y Abidal, por una gripe, pero para el mejor jugador del mundo, no hay gripe que lo pare.
El mismo Messi sería el encargado de marcar el tercero para el Barça con un tanto de cabeza, algo que es muy difícil de ver en él, dado que su fuerte no es el juego aéreo.
Y luego cuando ya estábamos en tiempo de descuento, Messi marcaría otro gol para el Barça, terminando el partido con un doblete, y tenía gripe, ¿Qué tal que no la hubiera tenido?
Fin del partido y el regalo de los Reyes para el Osasuna fueron cuatro goles por parte del Barça, un 4-0 a favor de los de Pep, que deja prácticamente la serie definida y al Barça con tan sólo 90 minutos que lo separan de los cuartos de copa.
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