Ambiente de clásico en una catedral como lo es Anfield, la rivalidad más enconada de Inglaterra, los dos equipos con más títulos en el país, un equipo que viene desarrollando su proyecto con un técnico joven y prometedor y otro equipo que finalizó la era más gloriosa de su historia y comienza una nueva con un poco de dificultades, en fin : Liverpool contra Manchester United.
Cada fecha que pasa Brendan Rodgers va convenciendo al público de su sistema táctico: 4-2-2-2 flexible que en la fase ofensiva se puede transformar en 4-1-3-2, también el Norirlandés consolida una alineación base donde Mignolet, Johnson, Skrtel, Agger, José Enrique, Lucas, Gerrard, Henderson, Coutinho, Sturridge y Aspas son los elegidos para salir desde el inicio. Un buen equipo que tiene excelente control de balón, es técnico y rápido con profundidad por los laterales y cuenta con jugadores que sacrifican su talento para el bien del equipo entre los que sobresalen Glen Johnson, Lucas Leiva y mención honorífica para Jordan Henderson.
David Moyes salió también con un 4-2-2-2 con De Gea, Phil Jones, Ferdinand, Vidic, Evra, Carrick, Cleverley, Giggs, Ashley Young, Welbeck y Van Persie. El técnico del United quería que Carrick jugase unos metros más adelatados que Cleverley para ayudar en la presión alta a Giggs y a Ashley Young y hacer el equipo un poco más corto para aprovechar la velocidad de Welbeck y el olfato de gol de un Van Persie que ante la lesión de Rooney iba a tener los galones de marical de campo de los Reds Devils.
El Liverpool como ya es habitual salió a morder y arrinconar rápido al Manchester contra el arco de De Gea para ello utilizó la rapidez de Johnson y de José Enrique por los costados con lo que lograba tener superioridad por las bandas con la colaboración de Coutinho y de Henderson, es por eso que consigue un córner al minuto 3 que lanza Gerrard al punto penal donde Agger le gana la posición en el anticipe a Ferdinand y logra conectar de cabeza y Sturridge para confirar el remate del danés golpea la pelota con la cabeza y/o con la espalda para introducir el balón dentro del marco de De Gea. Éxtasis en Anfield y el escenario perfecto que buscaba Rodgers.
En la temporada pasada los Reds siempre disputaban estos partidos con mucha intensidad, con un buen fútbol ofensivo pero con poca seguridad en la zona posterior por lo que cualquier contragolpe o jugada a balón parado significaba la pérdida del partido y de los 3 puntos. En esta temporada Rodgers ha corregido este problema con una mayor cobertura de los volantes y tratando de hacer una presión alta con Sturridge y con Iago Aspas y cuando esta es superada entonces arma una doble línea de 4 para evitar los pasillos interiores y complicar el juego exterior del rival para obligarlo a pelotear y a jugar en largo donde Skrtel y Agger ganan. Estilo un poco menos romántico y vistoso pero efectivo.
Rodgers sabía que al Manchester le está costando demasiado en este inicio de temporada la fase de elaboración porque a esta fecha no ha podido fichar un pasador de categoría para Van Persie y por lo tanto depende mucho del juego exterior y para el clásico iba a depender de la conexión Carrick-Giggs para la transición de ataque a defensa y alimentar a los extremos y laterales, entonces es donde aparece Gerrard y Lucas para asfixiar esa salida desde atrás y obligar al Manchester a jugar largo y si bien el United se adueñó de la pelota no tenía claridad en el último cuarto y todo se reducía a lanzar centros a Van Persie donde el tulipán siempre cayó en combate ante los centrales Reds.
El Liverpool no tenía tanto la pelota como en las anteriores ocasiones pero controlaba el partido y gozaba de espacios para que se desataran Coutinho, Sturridge y Iago; Henderson tenía la obligación de cuidar a Evra y por eso era más asistidor que desbordador. Pero el equipo se aceleraba en exceso y caía en la impresición con lo que el United no sufría en exceso para controlar en los metros finales a los locales y siguió empujando al Liverpool hacia el arco de Mignolet con las proyecciones de Jones y Evra, lastimosamente para el primero el partido se acabó rápido por una lesión al caer mal en un cabezazo, en su lugar entró Luis Antonio Valencia con más velocidad y mejor regate pero con menos responsabilidad defensiva.
El partido decayó en la impresición y en la idea del United de empujar más con corazón que con ideas aprovechando las segundas oportunidades que dejaba el Liverpool de vez en cuando pero no se jugaba bien, los dos equipos no imponían condiciones y los Reds dejaron de un lado su estilo de fútbol asociado para entrar en la lucha física y tratar de que el Manchester cayera en este tipo de juego, salvo una escaramuza de Van Persie y un remate de Gerrard en el balcón del área no hubieron más aproximaciones dignas de mencionar.
Para el segundo tiempo el Manchester salió a arrinconar al Liverpool y en los primeros 15 minutos los locales ni se enteraron que De Gea estaba jugando, aún así salvo un remate de Cleverley tras rechazo de Skrtel en la frontal del área el dominio de los Reds Devils fue espeso y sin ideas, sólo lanzamientos desde los costados de Young y de Valencia para ver si Welbeck o Van Persie finalizaban pero los centrales Agger y Skrtel estaban muy firmes en el juego aéreo. Coutinho y Henderson tenían la misión de hacer la doble línea de 4 para complicar al Manchester pero al brasileño no le va bien este tipo de juego físico sino más bien el de estilista, en cambio Jordan se vació físicamente sobre el césped de Anfield, fue una ayuda para sus compañeros e incordió todo lo que pudo, está en un estado físico brutal.
Pasada los 15 minutos de juego comenzaron los cambios en los equipos, entró Sterling por Iago para aprovechar la banda izquierda y por el Manchester entró un bullicioso Nani por Giggs para darle una velocidad de más en el último cuarto, hay que decir que el portugués creó la opción más clara del partido para el Manchester con un bombazo desde fuera del área que repelió muy bien Mignolet, el Liverpool siguió replegado atrás tratando de salir a la contra pero era muy impreciso y Sturridge, Sterling y Coutinho tomaban malas decisiones o fallaban en el pase.
La única jugada de riesgo de los reds en el segundo tiempo fue un remate en el minuto 93 de Sterling que sacó muy bien De Gea, de resto muy poco en ofensiva esta vez el Liverpool cedió el protagonismo a un rival que le cuesta mucho hilvanar jugadas de riesgo, se nota como Van Persie necesita de ese volante o mediapunta que le ayude a crear espacios y para el partido de ayer no lo tuvo y naufragó en la lucha.
Liverpool sale fortalecido anímicamente de este juego quizás con menos fútbol que en otras presentaciones pero con una jerarquía importante que se acopla a cualquier sistema y si bien solo ha marcado 3 goles en este inicio, en cambio no ha recibido ninguno y cuenta con un bloque defensivo más fuerte y ordenado que se beneficiará enormemente de Sakho. Adelante a Iago le está faltando el gol pero no ha tenido todavía situaciones claras para marcar y se sacrifica para abrirle espacios a Sturridge que hace goles hasta sin querer.
Lo importante es que a esta altura el Liverpool le saca 5 puntos a Manchester United, 3 al City y 2 al Chelsea por lo que tiene una prematura ventaja que puede llegar a ser determinante, aunque esta temporada está todavía de madrugada. Falta mucho pero el equipo va ganando fútbol, solidez, jerarquía y experiencia.
Andrés Rodríguez.
Twitter: @richi198815
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