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jueves, 26 de septiembre de 2013

La complejidad del Barcelona

Publicado por Unknown

A raíz del partido del sábado entre el FC Barcelona y el Rayo Vallecano donde el equipo madrileño tuvo más la posesión que el equipo catalán, surgió una oleada de declaraciones y en algunos casos críticas excesivas a Gerardo Martino que en la rueda de prensa del martes se defendió alegando una especie de victimismo al decir que para los técnicos no catalanes y no holandeses era más difícil la conducción de la entidad blaugrana.


Afortunadamente el Barcelona del partido contra los Txuri-Urdin fue perfecto y al parecer volvieron las aguas a su cauce mostrando que lo que Martino quiere es buscar nuevas alternativas cuando el Tiki-Taka no sirva porque se hace muy raro como en los partidos de Ajax y Rayo que dos de los emblemas del club como son Xavi Hernández y Andrés Iniesta no estuvieran teniendo el protagonismo de antaño, pero todo va a depender del momento y del rival. Sin embargo el DT dejó algo más en esa rueda de prensa y pienso que es ese deseo aveces de excesiva responsabilidad y trascendencia que tiene el Club como icono de Catalanya, como esa imagen que hace distinto a este club de otros y que conlleva sus responsabilidades para jugadores y miembros pertenecientes a esta, pero por otro lado también nos muestra que el victimismo histórico del club no ha muerto a pesar del cambio de mentalidad y es importante aclarar como ha evolucionado el FC Barcelona como institución y como símbolo no solo de la catalanidad sino de ese lema global que quiere decir "mes que un club".

El Barcelona al establecerse los primeros campeonatos profesionales en España se destacó por su hambre competitiva y no es de extrañar que empezara ganando títulos de liga y de Copa del Rey en los primeros albores de las competiciones. Tenía un equipo fantástico de la mano de Josep Samitier que junto al romperedes Paulino Alcántara, Sagi-Barba, el uruguayo Scarone y el húngaro Platko hacían un fútbol de mucha espectacularidad y efectivo que hacían que el viejo campo de Les Corts viviera abarrotado de público por ver al equipo. Aparte que Samitier como máximo símbolo del equipo era una persona que se codeaba con grandes toreros y artistas que hicieron que el Barcelona empezara a conocerse en Europa como buen ejemplo del fútbol.

El Barcelona junto al Atlético de Madrid y de vez en cuando el Real Madrid se repartían los trofeos pero a mediados de 1950 un hombre cambió la historia del equipo en dos: Ladislao Kubala. 
El húngaro que venía de fugarse de su país estaba jugando con el Pro Patria en Italia y haciendo exhibiciones por Europa, es más estuvo cerca de ser jugador de ese equipo del Torino que sufrió el accidente aéreo. Kubala llamó el interés del Real Madrid que estuvo a punto de firmarlo pero Samitier como secretario técnico convenció a Laszy de ir al Barcelona al fichar también como entrenador a su cuñado Fernando Daucik, sería una decisión histórica. El Barcelona contaba con un gran equipo por ese entonces; un gran portero como Ramallets, defensas como Segarra,Biosca, Seguer y Gonzalvo III, en la delantera el buen extremo Estanislao Basora junto a Cesar Rodríguez, Moreno y Manchón. Sólo faltaba una estrella de una categoría excepcional: Kubala.

Los éxitos no se hicieron esperar y el Barcelona ganó todo los trofeos entre 1951-1952: Liga, Copa del Rey, Copa Latina (predecesora de la UCL), Copa Eva Duarte y Copa Martini Rossi. Era uno de los mejores equipos del mundo sin embargo el vicepresidente Narcís de Carreras trató de convencer al presidente Enric Martí de Carreto de fichar a un jugador que había despuntado en las bodas de oro del Real Madrid: Alfredo Di Stefano. Pensaba de Carreras que el argentino junto a Kubala (que había sufrido de Tuberculosis pero se había recuperado) iban a llevar al Barcelona a ser un equipo hegemónico digno de los libros de historia, pero se atravesó don Santiago Bernabeu y en un episodio que pasará a la historia como el Caso Di Stefano el jugador terminó finalmente en la capital española.

Después de ese polémico traspaso los dos clubes cambiaron radicalmente: El Madrid iba a empezar un periodo de triunfos inigualable hasta ahora y el Barcelona un papel de actor secundario y de victimismo hacia lo que consideraban como una muestra del poder y de la complacencia que tenía el Madrid al ser más allegado al régimen fascista de Francisco Franco y así como Di Stefano con su traspaso cambió para bien la historia del Madrid, el fracaso de su traspaso al Barcelona fue un golpe en la moral y en la identidad del equipo.

El Barça se obsesionó con el Madrid y ya solo importaba ganar al club merengue así la liga o la copa no se ganara, para el aficionado local solo valía una victoria en el Bernabeu o en el recién construido Camp Nou; porque era una especie de liberación y de éxito frente al equipo que según ellos les había robado a Di Stefano con la complicidad del régimen.
Para lograr ganar de nuevo el protagonismo de antaño el presidente Miró-Sans firmó como entrenador a Helenio Herrera y para rejuvenencer al equipo de las 5 copas fichó a los Húngaros Kocsis y Sczibor junto al gallego Luís Suárez y al uruguayo Ramón Villaverde que junto a jugadores locales como Gensana, Olivella y Tejada hicieron que el equipo fuera capaz de competir al todopoderoso Real Madrid. 

Pero salvo una que otra liga el equipo no pudo arrebatar el poder del equipo merengue en la recién creada Copa de Campeones de Europa, lo más loable de la campaña de HH fue lograr la eliminación del Madrid para evitar su sexta copa seguida. Helenio practicaba un fútbol más defensivo y de mucho rigor táctico donde el más perjudicado fue el niño mimado de la afición: Kubala; porque el técnico creía que el astro ya estaba en decadencia y que el gallego Suárez era más ordenado y disciplinado razón por la cual la hinchada culé comenzó a ver con recelo a Luís y a Helenio Herrera por lo que no fue raro que los dos se fueran al Inter de Milán en parte por lo anterior y en parte por la necesidad de ingresar dinero. En Italia ganarían con los Neroazzurri la Copa de Campeones.

El Barcelona no volvió a oler un título de liga desde ese entonces y a pesar de que la generación de Di Stefano se iba envejeciendo el equipo no levantaba cabeza mientras su rival coleccionaba títulos a una velocidad exponencial, faltaba una inyección de moral. Es entonces cuando Agustín Montal llega a la presidencia del equipo en 1973 y adopta el lema que ya había pronunciado en 1968 Narcís de Carreras: Mes que un club. Con esto Montal pretendía llevar al Barcelona a una dimensión social como símbolo de la catalanidad y de hacer un club más global que incluyera a todo el mundo, es decir que todos pudieran ser del Barcelona.

A raíz de la apertura de fronteras en la liga Española el Real Madrid y el Barcelona pujaron por el jugador de moda del momento: Johan Cruyff. En un principio el Ajax tenía un acuerdo con Bernabeu y su fiel asistente Raimundo Saporta pero Cruyff veía al Madrid como un equipo del poder y del régimen algo que el aborrecía, por eso ante el interés de Montal y del gerente Armand Carabén el jugador ficha con el Barcelona iniciando una mini revolución.


Si bien Cruyff llegó y se adaptó al ser catalán dado que aprendió el idioma y los símbolos locales como la Senyera y es más le puso el nombre a su hijo de Jordi, en lo deportivo solo estuvo a su mejor nivel en su primera temporada donde el Barcelona ganaría la liga de forma espectacular. Hay que decir que la escuela holandesa del fútbol total ya estaba empezando a incrustarse con la llegada de los técnicos Vic Buckingham y Marinus Michels, sólo que necesitaban un intérprete en el campo y es fue Cruyff.
Pero el holandés siempre se caracterizó por creerse un elegido para el fútbol y por querer ser el controlador de todo así que tuvo conflictos con Michels y con la directiva por lo que salió en 1976 rumbo a la MLS, después volvería pero eso lo veremos más adelante.

Después de este periodo llegaría a la presidencia don Josep Luís Núñez que tenía capital suficiente aunque siempre queriendo optimizarlo al máximo rayando incluso con la tacañería. Trajo importantes jugadores como Simmosen, Krankl, Maradona, Schuster; impulsó la cantera como semillero de jugadores donde saldrían jugadores como Alexanko o el Lobo Carrasco y contrató entrenadores prestigiosos como Menotti o Terry Venables pero el equipo no tenía estilo y salvo una liga y una Recopa de Europa aún le faltaba mostrar una mayor trascendencia continental y eso que estuvo cerca con la tristemente célebre final de Sevilla en 1986 dondel el Steaua de Bucarest y su portero Duckmann evitaron la primera conquista de renombre continental para los culés.

Después del motín del Hesperia donde los jugadores de la plantilla se revelaron ante el presidente, este tomaría el toro por los cuernos y nombaría de técnico a un Johan Cruyff que tenía sed de victoria y pese a que su aporte como jugador fue excelente, lo que haría como DT podría ser considerado como un quiebre en la historia del Barcelona. Por fin el equipo iba a alcanzar el cielo con su fútbol.

A pesar de que se dudaba de Cruyff como técnico porque sus fichajes no fueron buenos y apartó del equipo al gran Gary Lineker, el holandés se empezó a ganar a la afición por su orgullo ante un gran Real Madrid de la quinta del Buitre, por su deseo de dar espectáculoy por su confianza en los jugadores de la cantera ya que con el debutaron Guillermo Amor, Josep Guardiola, Albert Ferrer,etc. 
El fútbol no tardó en llegar y con retoques extranjeros pero que se adaptaban al ADN que quería Cruyff el equipo ganó su primera Copa de Europa y 4 ligas consecutivas; pero Johan tiene una personalidad bastante altiva y no le daba miedo prescindir de los que según el no estaban de acuerdo con su método. Es por eso que no le tembló la mano para desprenderse de Luís Milla, Michael Laudrup y Romario además de tratar de rejuvenecer el equipo con jugadores pocos mediáticos pero que según el con buena aceptación del juego, sin embargo mostraron un nivel esperpéntico que hizo que brotaran los primeros roces fuertes entre Núñez y Cruyff, eso si con la intervención de la prensa y de la afición.

Finalmente y pese a una oposición de la afición que creía en su técnico hasta el final Johan Cruyff salió de la dirección técnica del Barcelona en 1995 con los deberes muy bien hechos, ahora el Barcelona económicamente y futbolísticamente estaba a la altura, el equipo era conocido a nivel mundial y su fútbol respetado; por eso no fue sorprendente que llegara al banco un nombre honorable y prestigioso como Bobby Robson que armó un buen equipo con Ronaldo como ícono con buenos jugadores foráneos como Popescu y Figo pero no se pudo ganar al núcleo de jugadore Cruyffistas como Guardiola y el Barcelona con el buen técnico inglés sólo ganó una Recopa ante el PSG y una Copa del Rey. Se filtró que Robson sólo había sido técnico interino mientras llegaba Louis Van Gaal procedente del Ajax y ganador de la UCL.

Con Van Gaal fue injusto el entorno culé, es cierto que el DT no era una persona carismática ni jovial como Robson o Cruyff y que tenía el aspecto de un sargento pero indudablemente hubo una presión excesiva hacia el. A pesar de que ganó 2 ligas consecutivas y retomó el 4-3-3 de Cruyff y fomentó a jugadores como Xavi y Puyol, la falta de protagonismo en la Champions y las peleas con la estrella del momento Rivaldo hicieron que tan pronto se marchara Núñez de la presidencia, Van Gaal en solidaridad con su valedor se fuera. Esa autoflagelación digna en la historia del Barcelona de no valorar lo suficiente o de exigir por exigir costó mucho para la siguiente junta directiva.

Y con ellos dos también se irían virtudes como el orden, la disciplina y el orgullo de ser culé porque Joan Gaspart nunca econtró la forma adecuada de dirigir al equipo empezando porque comenzó perdiendo a Luis Figo ante el máximo rival que de la mano de Florentino Pérez quería ganarlo todo. Sumado a que fichó técnicos sin un ideal claro y cuando repescó a Van Gaal el ambiente se encontraba enrarecido por transferencias oscuras y fichajes que no deseaba el técnico, por lo que sólo 3 años después de asumir la presidencia y sin cumplir su mandato tuvo que renunciar con sendas pañoladas de fondo en el Camp Nou.


Llegaba a la presidencia Joan Laporta un hombre jóven que quería inyectar confianza en el equipo por medio de traer jugadores de gran nivel y mezclarlos con los de la masía, también quería que el Barcelona volviera a ser el equipo que representara a la catalanidad ante el mundo un modelo que estuviera alejado del Real Madrid y que compitiera con el club merengue en cuanto a protagonismo global y deportivo se refiere.
Contrató a Frank Rijkaard como entrenador y como emblema a Ronaldinho y dado que económicamente el club era una ruina no pudo ni deshacerse de jugadores innecesarios pero tampoco pudo fichar, así que con un equipo de luces y sombras terminaron segundos detrás de un gran Valencia de Rafel Benitez y por encima del galáctico Real Madrid.

Superado este primer año difícil y con una confianza económica y social de esta joven dirigencia el equipo fichó mejores jugadores y empezó a ganar más títulos de liga y en especial la segunda Copa de Europa en París en 2006, este momento fue el principio del fin porque tanto medios como aficionados pasaron por alto el desorden que se apoderó del vestuario culé donde el pobre Frank Rijkaard no pudo contener a los egos y el equipo terminó resintiéndose en lo deportivo. Le faltó más mano fuerte al presidente y al entrenador para controlar a los jugadores, por eso Rijkaard lastimosamente se tuvo que ir a pesar del gran fútbol y legado que dejó.

Con una moción de censura que salvó por los pelos Laporta decide darle el mando del equipo a un ex jugador y Cruyffista que había salido por la puerta de atrás del equipo en 2001 y que había empezado a estudiar las distintas culturas futbolísticas del mundo a absorber como una esponja: Josep Guardiola.
El aportó esa energía positiva y motivó a los jugadores para recuperar el hambre de gloria aportando soluciones futbolisticas y generando confianza en los jugadores para que sacaran el máximo de sus capacidades y afortunadamente llegaron a la cima del fútbol ganándolo todo y dejando un legado que es precisamente lo que el hincha espera de este Barcelona de Martino.

Es cierto que el Barcelona es exigente tal así será que Guardiola terminó exprimido y agotado y tuvo que salir pero como hemos visto en este recuento la dimensión social y cultural que tiene este equipo en Cataluña hace que no sea un lugar fácil para entrenar porque tiene una historia que como hemos visto aveces ha sido injusta con sus protagonista así sean españoles, brasileños, argentinos u holandeses no hay nacionalidad que valga por lo que Martino tal vez estuvo un poco desafortunado al querer decir lo que expresó el lunes, sólo que aveces esa autoflagelación que tiene el hincha por querer seguir siendo el mejor resulta estresante pero afortunadamente en el partido ante la Real Sociedad volvió lo que quería la gran masa culé y Tata puede irse con la cabeza en alto porque el Barcelonismo a lo largo de su historia también ha tenido paciencia con los que merecen tenerlas y el es uno de ellos.

Andrés Rodríguez.
Twitter: @richi198815


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